La vida ha cambiado en estos últimos 50, 60 70 e incluso en los últimos 25 años. Eli J Finkel escribió un libro recientemente titulado El matrimonio de todo o nada: Cómo funcionan los mejores matrimonios. No estoy de acuerdo con su concepto del matrimonio. Pero un punto que me pareció interesante es que desde 1995, tanto los padres como las madres han comenzado a pasar más tiempo cuidando a sus hijos.
La tecnología, la ciencia, la medicina y la sociedad también han progresado y han hecho muchos cambios y mejoras en nuestras vidas. Hay aplicaciones para todo. Incluso hay aplicaciones para el matrimonio; ¿Cómo hacer esto, cómo hacer lo otro, cómo entender, cómo ser feliz en su matrimonio, cómo hacerlo, cómo hacerlo? Este tipo de conocimiento y comprensión puede ser un regalo maravilloso para las parejas casadas y parejas que están considerando casarse.
La tecnología puede introducir cambios en la vida matrimonial que pueden ser útiles. La tecnología ha proporcionado maneras y medios para el progreso humano; pero, no puede ser un sustituto de la humanidad misma. El Papa Francisco nos recuerda que debemos bajar el teléfono y hablar unos con otros o perderemos el don de la conversación. Nos recordó especialmente las comidas familiares cuando los niños juegan o envían mensajes de texto en sus teléfonos. Los padres también pueden ser absorbidos en sus teléfonos. El Papa Francisco nos recuerda a Dios con esta pregunta. Las cosas son creadas por la tecnología, como los teléfonos, etc. ¿No son parte de la creación de Dios y deben usarse en referencia a Dios el Creador? El hecho de que Dios es el Creador de la vida y el mundo nos recuerda que Dios tiene una relación íntima con toda Su creación. La fe y la ciencia no se oponen, sino que están en armonía con el diseño del Creador. También se nos recuerda que la creación de Dios debe usarse para producir bondad, belleza y verdad. Debemos aprender a usar toda la creación de Dios para el bien, la belleza y la verdad.
Dios nos habla a través de su palabra. En la primera lectura que el profeta Jeremías ofreció de Dios: “Pondré mi ley en ti y la escribiré en tu corazón; Seré tu Dios y tú serás mi pueblo”. Dios tiene una relación muy especial con cada uno de nosotros porque Él ha escrito en nuestros corazones. El amor es uno de esos secretos que Él ha escrito en sus corazones. El matrimonio es un sacramento; Un sacramento es un signo de la presencia de Dios. Dios es amor y el sacramento del matrimonio revela ese don del amor de Dios.
San Pablo nos dice que el amor es paciente, que el amor es amable, que el amor no es celoso, que el amor es sincero y se aferra a lo que es bueno; ámense mutuamente, sean fervientes en espíritu, sirvan al Señor, regocíjense en la esperanza, perseveren en oración. San Pablo también nos dice que nos ofrezcamos, santos y agradables a Dios, no se conformen con esta era, sino que se transformen mediante la renovación de su mente y corazón para que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios. Lo que es bueno, lo que es bello, lo que es verdadero.
Catedral San Santiago, Orlando